Una noche, estando de vacaciones, se encuentra en su piso, ebrio y hablando solo. le pregunta a su gata Cleo si conoce el dolor de perder a un hermano; ¡no esperaba recibir una respuesta! La gata resulta ser la diosa Haskana. Con la promesa de recuperar a su hermano de la muerte, Rodrigo acepta acompañarla. Ambos emprenderán un viaje a lo largo de varios mundos para enfrentarse a las razas fieles a Thal-rashyck, dios de la guerra y hermano de la diosa, y recuperar el trono de su padre Ishildrum, deidad de la creación y la destrucción. Deberán aliarse con otras especies, dominar el arte de la espada y ver más allá de lo que captan los ojos. Siempre se quedarán con la duda: ¿puede un simple mortal derrocar a un dios de la guerra?
MI OPINIÓN
Nos encontramos ante una novela autoconclusiva, de fantasía y aventuras.
Tras una guerra entre los dioses, solo han quedado dos supervivientes. Una es Haskana, quien se refugia en la Tierra bajo la forma de una gata. El otro sigue en SantVarian, el hogar de los dioses, tras conseguir un tremendo poder. Lo que ocurre a partir de aquí se cuenta en la sinopsis oficial. Rodrigo se alía con ella, buscando venganza por la muerte de su hermano. Ambos se teletransportan a otro mundo para comenzar su aventura. Van saltando de uno a otro tras cumplir ciertas misiones en ellos. A su paso, crean amistades, aliados y presencian muertes violentas en batalla. A medida que avanzan, van descubriendo más información acerca del dios de la guerra e identifican a sus dominados. Consiguen vencer a algunos con astucia; y, a otros, convenciéndolos para cambiar de bando.
Las emociones son muy intensas, incluso en los personajes secundarios. Comprendes que, detrás de cada acción y reacción, hay una motivación. Las apariencias pueden engañar y las segundas oportunidades son posibles. La venganza y el honor mueven la mayoría de las decisiones. Pasan de un ámbito personal a crear cambios en toda una cultura o planeta.
Los personajes son muy interesantes, tanto por su físico como por su naturaleza. Nos encontramos con un elfo druida al estilo de Gandalf; un poco pomposo, pero no tan impresionante. Un lobo y una zorra guerreros se enamoran, provienen de una raza animal manipulada genéticamente por unas arañas gigantes. Los dioses, aunque nacieron de la imaginación del autor, tal y como son descritos, me recordaron a una mezcla entre divinidades grecolatinas y nórdicas: imponentes, fuertes, altos y hermosos, pero también peligrosos y temibles. Sin embargo, tienen sus puntos débiles; que no radican en su cuerpo, sino en su mente.
Con un lenguaje sencillo, las escenas van al grano. Las descripciones de paisajes, con cuatro frases, te crean una imagen mental perfecta. Al viajar a varios mundos, los entornos cambian y cada uno aporta sus peculiaridades. Eso afecta a la actitud y los planes de los protagonistas, que sufrirán con el frío y el calor extremo. Veremos un mundo nevado, una enorme ciudad subterránea, un bosque asolado y un paisaje volcánico.
Los diálogos abundan, aportando información relevante sobre la historia y desvelando la psicología de los personajes. Todo está milimetrado para contar lo máximo posible en el menor tiempo. Sin embargo, no notas que falte nada. Quedas lleno y satisfecho con lo contado. Así que es un libro perfecto para los amantes de la fantasía atareados y con pocos momentos de ocio. Se lee rápido, sin esfuerzo, y los personajes te encantarán. Además, hay un par de sorpresas, sobre todo al final.
Tal vez la relación entre Haskana y Rodrigo sea un poco predecible, pero por el medio un par de sucesos inesperados aportan una emoción que equilibra todo. Los viajes no suceden solo a través del espacio, sino también del tiempo. En un capítulo, tus conocimientos sobre los personajes y la historia se ponen entredicho y hasta dudas de la realidad. Solo la argucia al estilo Sherlock Holmes saca al protagonista de esa situación.
En definitiva, una historia corta, sin florituras, que va al grano, emocionante, con mucha acción y personajes interesantes.
El mundo literario de L. H. V. 
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