Un giro inesperado: Aladdín

¡Qué ganas tenía de leer este libro! Me dolió retrasarlo, pero por fin encontré momentos sueltos (y un fin de semana que me tomé libre) para disfrutar de él. Me gustó tanto que intentaré ser breve, me costará porque tengo muchas ganas de discutir los detalles con alguien.

Mi generación creció con películas de animación de Disney coloridas, alegres y llenas de canciones geniales. Sin embargo, en esta serie de novelas, la que toca la historia de Aladdín es la otra cara de la moneda. Parece que la portada oscura nos da una pista. No veremos un mundo soleado, alegre y colorido; sino que la mayoría de las escenas transcurre de noche en un entorno empobrecido y miserable. En el propio libro ya se comenta que existen dos Agrabah: el palacio, junto con los ricos, y el barrio de las ratas callejeras. Ahí viven los más pobres de los pobres. Es un lugar abandonado, un infierno olvidado. Quienes nacen ahí están sentenciados a ser criminales. Aunque intenten buscar un trabajo honrado en otro lugar, su aspecto los marca y nadie quiere contratarlos. El propio Aladdín dice que está atrapado. Calles llenas de ratas, basura, niños famélicos… Un lugar que nació como un proyecto de ampliar la ciudad y que luego fue abandonado y a medio hacer. Ni siquiera se completaron las casas, el barrio está lleno de ruinas que nunca fueron edificios completos. Murieron antes de nacer.

La autora se toma bastantes páginas para describir esta miseria. Incluso se nos muestran escenas de la infancia de Aladdín con su madre. Su padre los abandonó para ir en busca de una vida mejor en el extranjero, con la intención de volver a buscarlos; pero jamás regresó. Aladdín se queda huérfano pronto, tras morir la madre de una enfermedad.

Pese a ese entorno gris y deprimente, se ve un Aladdín optimista y enérgico. A pesar de ser un buen ladrón, tiene una moralidad muy fuerte acerca de hacer el bien. Solo roba para comer, por necesidad. Nada de buscar víctimas ricas para arrebatarles sus joyas. Sus amigos de la infancia ven la vida de otra manera y, al crecer, crean su propio ejército de niños ladrones. Esa diferencia de opiniones los aleja de Aladdín. Más adelante, cuando las cosas se ponen feas en la ciudad, la desgracia los vuelve a juntar para luchar contra el malo (obviamente, Jafar). De forma continua, Aladdín les echa la bronca por la vida que llevan, pero no consigue hacerlos cambiar de actitud.

Por otro lado, tenemos a una Jasmine culta, resuelta y curiosa. Aunque fue una niña criada entre algodones, libros y joyas, no le importa integrarse entre las ratas callejeras a cambio de libertad. Vemos a una mujer dispuesta a mancharse y sufrir un poquito para conocer su ciudad y arreglar todos sus problemas. Vemos a una princesa que quiere convertirse en una sultana dedicada a su pueblo. Su objetivo preferente: luchar contra la pobreza del peor barrio de Agrabah para que nadie pase hambre nunca más.

En el otro extremo de la balanza, tenemos a Jafar, tan desagradable, egocéntrico y malvado como en las pelis (tanto la de animación como la de live action). En esta versión, vemos sudor, sangre, muerte y destrucción. No existe un tono infantil y romántico; sino una lucha de pobres contra ricos, del bien contra el mal, de la esperanza contra la tiranía. En algún momento se intuye que fue abandonado o repudiado de niño y sufrió falta de amor. Quizás de ahí viene su desesperación por ser aceptado. Pero lo hace mal: quiere conseguirlo por el camino fácil y obligar por la fuerza al mundo a amarlo.

En este caso, el genio no juega un papel tan protagonista como en las películas. Se describe con una cara risueña y alegre. Más adelante se revela un personaje un poco traumatizado, solo y sufriente. Es inteligente, con opiniones propias y mucho poder; pero está limitado. Quiere hacer el bien y es obligado a actuar hacia el lado contrario. Su impotencia duele. En la versión animada, me caía un poco mal; se me hacía pesado al interrumpir constantemente los diálogos con chistes y referencias al futuro que no pintaban nada en ese ambiente árabe antiguo. En el live action me gustó mucho más, no lo encontré tan pedante ni hiperactivo; además de que le dan un objetivo en la vida y se molestaron por crearle un futuro interesante. En la novela, se le creó también un pasado junto a su raza; lo cual lo hace más creíble y sentimos mayor empatía por él.

Todo sucede más o menos como en las películas hasta el momento en que Aladdín tiene que escapar de la Cueva de las Maravillas. Jafar se lleva el premio y comienza una tiranía en Agrabah. Al principio los ciudadanos están contentos porque les regala pan y monedas de oro. Más tarde se revela como un hechicero malvado y tiránico que exige lealtad a sus ciudadanos sin haber hecho nada por ellos. Comienza una etapa oscura, las ratas callejeras buscan aliados para luchar por su libertad. Jasmine abandona el palacio para guiarlos en las sombras, mientras Jafar crea su propio ejército con magia negra. En un lado de la balanza, tenemos al bien (las ratas callejeras y los ciudadanos rebeldes), que viven, curiosamente, en las sombras y la oscuridad; por otro, Jafar: el mal, la magia oscura, la ambición. Me recordó bastante a Thanos (y no diré por qué para no hacer spoiler).

Aparecen otros personajes típicos: Abú y la alfombra (cuyo final me destrozó el corazón), además de varios secundarios nuevos para enriquecer la historia y hacerla más creíble (como los amigos ladrones de Aladdín). Y sí, hay romance entre Aladdín y Jasmine, pero no es el vehículo principal del argumento.

Me encontré con algunos detalles que me escamaron:

En una escena con unos libros de magia robados, Aladdín demuestra que sabe leer, lo cual no es nada creíble tras haber crecido entre la miseria y no haber ido nunca a la escuela.

Por otro lado, hay referencias históricas reales, lo cual nos situaría en el mundo real (supuestamente). Hablan de baguettes y se sirve café. No me pega mucho, porque esos detalles apartan la novela de la antigüedad que cualquiera imaginaría.

EN DEFINITIVA

Una historia oscura, llena de drama, magia negra, sangre, muerte y sufrimiento. La acción y los momentos de tensión se intercalan con diálogos muy buenos entre los personajes, que nos muestran detalles de sus pasados y planes de futuro para conocerlos mejor. El libro habría salido demasiado largo si metiera más capítulos para contar eso de forma extendida. En general, me gustó mucho conocer una versión oscura de esta historia.

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